Jaime Rodas
Cocinero y diseñador en potencia. Ingeniero y procrastinador profesional.

El Banco Ideal

2013-11-03

Voy a contar uno de mis sueños guajiros. Imagínate que estás en otra realidad, una en la que los ingenieros de sistemas saben lo que hacen, en donde buscan hacer un buen trabajo y no sólo el menor esfuerzo posible, y, lo más raro, en donde hay un banco que se preocupa por sus clientes.

En este banco, no te cobran jaladas como ‘manejo de cuenta’, seguros de vida, o las impresiones de tus estados de cuenta. No te manda propaganda de todos los negocios bajo el sol porque se dedica sólo a guardar y ayudarte a administrar tu dinero, y a hacerlo muy bien. Es un banco que gana dinero prestando el dinero que tu guardas con ellos, y ofreciendo participación en sociedades de inversión para que asegures tu patrimonio, nada más y nada menos.

Este banco no te manda estados de cuenta diseñados en 1985 por correo postal. Es más, ni si quiera te mandan estados de cuenta por email, ya que recibes notificaciones cuando se hacen movimientos en tu cuenta y tienes acceso a todo tu historial en cualquier momento.

También, como es de esperarse, tienen una aplicación web de huevos. No te ponen limitantes estúpidas para la longitud de tu contraseña, y por supuesto saben que los llaveritos esos que los demás dan, no sirven de mucho. Mejor aún, usan los estándares (palabra clave) de seguridad para internet. La aplicación es sencilla de usar, intuitiva y te puedes meter desde navegadores más nuevos que Internet Explorer 5.5 y puedes usar una computadora que no tenga Windows XP SP1. Son tan chidos, que hasta te regañan si intentas usar una computadora así.

Para el deleite de gente como yo, hasta tienen un API, para que se puedan desarrollar aplicaciones de todo tipo que puedan accesar (con las debidas restricciones) el sistema de manera programática. Hay muchísimos desarrolladores que toman provecho de las buenas decisiones del departamento técnico del banco.

La gente que trabaja en sus sucursales, está entrenada y tiene poder para hacer cosas, en lugar de siempre tener que marcar al corporativo para algo tan complicado como averiguar cómo cambiar el domicilio de una cuenta. Además no te piden una copia de tu identificación para cualquier cosita; saben que hay maneras más inteligentes de demostrar que tú, en verdad, eres tú.

No me lo vas a creer, pero sus cajeros tienen sistemas hechos despues de que Space Jam estaba en el cine (ya sé, están cabrones). Las interfases se preocupan por que puedas hacer, de la manera más sencilla, tus transacciones habituales en el cajero.

Pa colmo, su soporte telefónico sirve de algo. Inmediatamente te contesta una persona humana real de a de veras, que sabe quién eres y tiene a la mano las herramientas para ayudarte a resolver tu problema, no un manual que tienen que leer como si fueran testigos de Jehová. Jamás tienes que pasar por un menú robotizado, porque este banco, como el resto de la humanidad, sabe lo molesto que es lidiar con esas cosas y no se lo desearía a su peor enemigo.

Podría seguir y seguir describiéndote este banco, en esa realidad alterna, pero solo me deprime más y más cuando me doy cuenta que no hay nada así en esta realidad.